Sentado en una banca del parque, veo a los niños correr felizmente llenando de alegría y vida el paisaje; los padres caminan juntos como una familia llena de alegría por las banquetas del lugar.
A lo lejos observo una niña llorando, sola sin que nadie la cuide, su ropa toda sucia de tanto jugar en la tierra.
El tiempo se congela y todo se vuelve gris, la niña se levanta y sorprendida de que nada se mueve y solo ella a color; ella creía que por estar sucia no se vería bien, sin darse cuenta que aunque estuviera sucia tenía color propio y las lágrimas se encontraban opacando la linda sonrisa que tiene.
Al darse cuenta de esto aquella pequeña niña, el tiempo siguió avanzado y el mundo se llenó de color; ella volvió a sonreír y se dio cuenta que aunque su ropa estuviera sucia seguía siendo ella y que nada le podría robar la felicidad que existe en su corazón.
<<Aunque el mundo trate de ensuciar tu vida, recuerda que la felicidad y el amor se encuentran en el corazón>>