Preocupado por la edad, ese joven comenzó a caminar sin rumbo, solo quería meditar si en realidad estaba viviendo verdaderamente su vida. No dejaba de pensar en sus años pasados, de algunos se sentía orgulloso y de los demás ni le gustaba recordarse.
Estaba rodeado de amigos, a quienes les gustaba presumir sus logros, el solo veía la manera de hacerse sentir mal y auto-dañarse; ya que según el, NO había logrado nada a su edad.
Cansado de caminar, decidió sentarse en una banca de una vieja tienda, un señor de avanzada edad y de muchas canas le atendió:
-Que es lo que quiere?
»Una gaseosa por favor
-Aquí tiene; le pasa algo?
»Gracias...No
-Bueno, espero que así sea
»Tenga por seguro que así es
-Sabe joven, en mi tiempo, los jóvenes como usted no vivían atormentados, vivíamos felices y eramos muy trabajadores. Aprendimos a ser agradecidos con lo que teníamos, ya que siempre existen personas que tienen más que uno, pero también existen las que tienen menos que uno.
Yo que usted me dejara de preocupar por cosas tan insignificantes, ya que si en los planes de Dios está que usted llegue a tener bastante, tarde o temprano llegara, ya que EL siempre cumple.
»Muchas gracias por el consejo, cuanto le debo?
-No tenga pena, se la voy a regalar, solo procure que lo material no afecte su vida.
El joven comprendió que no importaba la edad ni las circunstancias, tarde o temprano se llegará a cumplir su propósito en la vida porque TODO lo tiene bien planificado Dios.
»No trates de sacar el pastel del horno antes de tiempo, ya que si lo haces, tendrás una bola de masa sin sabor»
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